Síndrome de desgaste profesional (Burnout)
Los individuos presentan agotamiento físico y mental, lo cual se traduce en un bajo rendimiento laboral y pérdida de interés hacia el trabajo. En este sentido, las estadísticas confirman que este problema es más frecuente en personas cuya profesión se basa en el trato directo con gente: médicos, trabajadores sociales, profesores, policías, bomberos, guardias de cárceles, comerciantes y encargados de brindar información o atención al público, ya que deben involucrarse en problemas y preocupaciones de otros y enfrentarse a hechos sociales estresantes.
El Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS) ha identificado que los pacientes con síndrome de desgaste profesional son muy exigentes, presentan baja autoestima o dificultad para manifestar sus emociones; paulatinamente reportan que "algo" que no pueden definir, les desagrada en su trabajo. Esas personas consideran que su malestar se debe a una inconformidad en la organización que los desgasta; suelen después tomarse algunos días de vacaciones, sin embargo, al reincorporarse notan que todo sigue igual.
Síndrome de acoso (Bullying laboral o Mobbing)
Se produce cuando una persona es sometida a una fuerte presión psicológica por parte de varios miembros del grupo al que pertenece o por sus superiores, quienes buscan, por ejemplo, que renuncie a su empleo. Este fenómeno ocurre con mucha frecuencia y se caracteriza por presentar periodos largos de depresión o estados de estrés, así como ansiedad que, de no atenderse a tiempo, derivará en complicaciones emocionales severas.
Los individuos con mayor riesgo de sufrir acoso son aquéllos cuyo aspecto, conducta, valores y actitud contrastan con los de sus compañeros de trabajo, ya que su sola presencia provoca un cuestionamiento implícito sobre los símbolos, características y valores que dan homogeneidad a una empresa o grupo laboral.
Síndrome de fatiga crónica (Gripe del yuppie)
Esta afección hace referencia a un cuadro de estrés laboral caracterizado por dolor de cabeza, irritabilidad, sensación de cansancio permanente, pérdida de memoria y disminución en la capacidad del sistema de defensas contra enfermedades (inmunológicas), por lo que el paciente suele manifestar síntomas similares a los de un resfriado.
"La fatiga crónica se diagnostica cuando una persona se muestra agotada por un período de seis meses o si no desaparece con el reposo. Entonces es indispensable acudir a algún tipo de tratamiento psicológico", explicó la Dra. Jael Alatriste García del IIPCS.
Síndrome de fatiga informativa (Tecno Estrés)
Aparece en personas que deben trabajar largas jornadas con computadoras y tecnologías de punta (smartphones, iPads) hacia las que se termina por crear mayor o menor grado de dependencia.
El tecno estrés puede iniciar mientras se aprende a hacer uso de las nuevas tecnologías (software empresarial, bases de datos), ya que muchos trabajadores se ven obligados a adquirir nuevos conocimientos a marchas forzadas, sin cometer errores y bajo la presión de quienes desempeñan cargos superiores, por lo que es común que se experimenten ansiedad, inseguridad y sentimiento de incompetencia. Esto puede desencadenar, sobre todo en personas de mayor edad, aversión hacia las nuevas herramientas (tecnofobia), e incluso solicitar cambio de puesto o deserción en el trabajo.
También hay manifestaciones corporales como dolor en cuello, espalda, brazos y hombros, ojos irritados, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo y mala digestión, en tanto que anímicamente se presenta un hecho curioso: como en otros casos de estrés, la persona luce confundida y agotada, pero también parece copiar la manera en que trabaja la computadora, de modo que todo el tiempo actúa con prisa, pretende realizar varias actividades a la vez y procura desempeñarse con exagerada precisión; por ello, no tolera los errores (cuando son propios hay gran decepción y depresión) y corre el riesgo de perder su identidad al obligarse a ser como una máquina.
Adicción al trabajo (Workaholism)
Se define como una dependencia al estrés y se presenta cuando el individuo no se da la oportunidad de tener momentos de reposo y vuelca toda su energía en la realización y progresión de su trabajo; difícilmente dedica tiempo a aspectos de su vida personal: cuidado de sí mismo, práctica de algún deporte, convivencia familiar y en pareja, o simplemente descansar.
Las personas más afectadas por este problema son de personalidad ansiosa, tendencia a deprimirse y baja autoestima; además, son perfeccionistas, cuentan con la necesidad de sentir que tienen el control de cualquier situación, prefieren el trabajo individual antes que el grupal y pueden permanecer así durante muchos años sin darse cuenta de su adicción y sin hacer nada para solucionarlo. Este comportamiento es más típico en los varones debido a que desde pequeños se les inculcan los anhelos de poder, éxito y prestigio, a la vez que deben establecer relaciones sociales lejos de sus sentimientos y negar emociones como tristeza, miedo o dolor.
En cualquier caso, el IIPCS sugiere que de presentarse uno de estos síntomas lo mejor es acercarse a un especialista.
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